A principios de diciembre del 2023 trataba de distraerme de la cantidad de trabajo en las redes sociales. Instagram es una de las que más me gusta, tal
vez porque allí todo es perfecto y si no es perfecto, se disfraza de una serie
de consejos y post que sirven como “vitamina para el alma” para continuar con
la vida. Estando en esas, di clic en la opción de SI, cuando alguien preguntó
si quería entrar a un club de lectura. Por supuesto que me interesan los clubes
de lectura, pero no tenía tiempo para reunirme con otras personas. Escasamente
tenía tiempo para leer un poquito allí y un poquito acá. Lo cierto es que, en
ese club de lectura, el organizador compraba los libros y te los hacía llegar.
Yo dije que si a todo, sin pensar.
A mis manos llegó Maldeniña, una novela de Lorena Salazar Masso, a
quien no había leído, pero de la cuál por supuesto sí había escuchado. Entonces
entré a esta aventura. Me tomó la tarde de un sábado leerla completa. La experiencia
fue maravillosa. Estuve en la sesión del club de lectura y me quedaron algunas incógnitas
y pude hablar con otros sobre esta historia.
Unos días después, luego de una reunión de trabajo pasé por la Librería Central,
estuve dando vueltas entre los estantes y no encontraba nada. Ese es el vacío que
te deja la lectura de un gran libro. El duelo de haber culminado la lectura y
saber que ya no hay nada más. Estuve a punto de irme cuando un señor se me
acercó y me preguntó si buscaba algo en especial, le dije que no, pero que si
podía recomendarme algo se lo agradecería. Me dijo que esperara y trajo a un joven
moreno, librero, al que no pude verlo a los ojos, por esa extraña timidez que
se ha apoderado de mi en temas románticos. Le dije el libro que había acabo de
leer y me dijo, te tengo a alguien. Primero me pasó Cometierra me dijo
de qué iba y que su autora, Dolores Reyes, es una feminista madre de 7 hijos
que escribió la novela en las madrugadas. No sé si esto último sea cierto, pero
me reconocí en ella al saber lo difícil que es sacar tiempo para sentarte a
escribir mientras los hijos juegan a tu alrededor y te piden. Para lo que sea
que sea. Le dije que sí, me lo llevo.
Luego me pasó Temporada de Huracanes, es de una escritura mexicana y
…, solo podía concentrarme en sus ojos mirando el libro mientras me contaba que
su lectura había sido magnifica y que valdría la pena leerla. Esta bien. Le
respondí. No tenía ni una sola pregunta que hacerle sobre el libro, hubiese querido
preguntarle ¿cómo te llamas? O ¿me das tu número? Pero no, la timidez hizo de las
suyas. Le debí parecer la persona menos interesante de su vida.
Creí que con estos dos libros ya era suficiente, pero él parecía emocionado
y continúo. Pasó a mis manos Huaco Retrato. Es una novela que no solo
trata de las excavaciones que se hicieron en el Perú, me dijo. En ese punto yo
ya estaba enamorada de él y solo le volví a decir que sí.
Salí de la librería emocionada. Me puse una tarea: leerlas y hablar de
ellas en conjunto. Una escritora argentina, una mexicana y una peruana. A la
colombiana ya la tenía. Mujeres escritoras a las que ya admiro y a las que seguiré
leyendo porque cada una con su voz me partió en dos. Y esto, no es una reseña,
es una forma de contarles lo que encontré e invitarlos a leerlas. No hay otra
forma que ir a comprar el libro y ojalá se puedan enamorar del librero que los/las/les
atienda.
Maldeniña de Lorena Salazar Masso,
Colombia. Isa es una niña que
vive con su padre. Son dueños de un hotel ubicado en un pueblo pequeño que
puede estar en cualquier parte de Colombia y que es atravesado por una carretera.
Isa ama a su papá y sufre su ausencia. A sus pocos años teje una vida alrededor
del hotel y de personajes icónicos del pueblo. El cantinero, el vendedor de
tintos, la señora del aseo del colegio, la mujer que mata pollos y la “loca”
del pueblo. Isa tiene Maldeniña. Sufre de soledad y de muchas ausencias. Añora
el cariño y atención de su padre y crea estrategias para que permanezca a su
lado. Es una novela conmovedora, profundamente triste con unas imágenes potentes.
Cometierra de Dolores Reyes, Argentina. Esta la muerte de la mamá y el llanto de
su ausencia. Queda María y el Walter, su hermano. María come tierra y al hacerlo
puede ver imágenes de los últimos momentos de la vida de quien ha fallecido. En
su barrio, la buscan para encontrar a personas desaparecidas y en ese paso experimenta
el sufrimiento y la tragedia que rodean las historias de las personas
fallecidas. A María también la rodea la tragedia y la autora a través de la
perspectiva de la protagonista nos muestra temas como la pérdida, la violencia
de género, la injusticia social y la búsqueda de la verdad.
Temporada de huracanes de Fernanda Melchor, México. El cuerpo brutalmente asesinado de una “bruja” es encontrado en pequeño
pueblo en México. En cada parte de la novela, varios personajes, desde su
propia perspectiva cuenta los eventos que llevaron a la muerte de la bruja. Y
en esas perspectivas se cuenta la historia de un pueblo de México marcado por
el calor, la pobreza, el consumo de drogas, el sexo, la violencia y la muerte.
Es una novela intensa, hay que estar preparado para leerla, es exigente y es atrapante.
Huaco retrato de Gabriela Wiener, Perú. Si me
preguntaran de qué se trata esta novela, podría citar a la misma autora y decir
de “cuánto desamor podemos dar mientras creemos estar amando”. Hay dos líneas narrativas
en Huaco retrato. La primera, la de la escritora que investiga sobre la
historia de su familia, en especial la del europeo que fue a saquear tumbas al Perú
y que en su misión dejó a una mujer embarazada y a partir de allí creció la familia.
La segunda, la de la escritora que en medio de esa búsqueda debe vivir el duelo
de la muerte de su padre, el descubrimiento de la otra realidad que vivía él a
través de una segunda familia y las consecuencias de las decisiones que toma en
su vida poliamorosa. Hay un humor en esta novela tan exquisito que te lleva a reírse
junto con la protagonista de sus propias desgracias.
Es fantástico leer voces poderosas y diferentes entre sí. Escritora con realidades y
visiones de mundos caóticos en los que la muerte, el amor, la familia, la inocencia,
la libertad, la violencia, todo nos lleva a amarlas.