La reciente novela de Haruki Murakami publicada por Tusquets en la colección andanzas es una novela que cumple con lo pendiente en la vida de un hombre.
Como bien lo dice el propio autor, se trata de una historia que se escribió
(o por lo menos su idea se concibió en 1980) y que solo hasta 44 años después ha
llegado a nosotros los lectores en esta novela. ¿Qué cambió
en estas cuatro décadas? ¿Qué puede llevar a un enamorado del oficio de la
escritura a volver sobre un texto luego de tantos años? El propio Murakami nos
lo dirá. Por lo pronto les contaré sobre lo que encontré en estas 560 páginas (en
su traducción al español) divididas en tres partes.
La novela está contada en primera persona por el protagonista. Desde el lugar
que narra podemos entender que se trata de un hombre maduro con algo más de
cuarenta años. Nos cuenta de una manera pausada, lo que vivió desde los 17 años
a partir de conocer a una chicha de 16. En una narración en orden cronológico,
nos lleva desde esa vida adolescente en el instituto, su paso por la
universidad, el ingreso a la vida laboral y una rutina de empleado que él mismo
se ha impuesto.
La ciudad y sus muros inciertos tiene varios aspectos que valen la pena pensar. La existencia de una ciudad rodeada por una muralla. Una ciudad que
existe en la imaginación de este hombre basado en lo que la chica de 17 años le
cuenta. Mientras se conocen, los dos adolescentes crean las propias reglas y
las condiciones en las que viven las personas de aquella ciudad. La relación
entre los dos adolescentes llega a ser tan fuerte y trascendental para él y cuando
ella desaparece de su vida, el no encuentra otra manera de volver a verla que
ir a la ciudad amurallada.
Una ciudad irreal donde los residentes no tienen sombra y donde no existe
el tiempo. Las personas se desprenden de su sombra al entrar. Los relojes no
tienen manecillas recordando que solo el presente existe. Nadie puede salir de
esta ciudad creada en la imaginación y donde el tiempo parece no importar. ¿Se
puede vivir sin sombra? ¿Somos conscientes de ella? ¿Qué pasa si no importa el
ayer ni el mañana?
Este hombre que busca a la chica de alguna manera regresa al mundo como lo
conocemos. Un mundo al parecer común y corriente pero que encierra una disyuntiva entre lo real y lo irreal. Encuentra un sentido a lo que está haciendo y durante
muchas páginas no volvemos a saber de la ciudad ni de la chica. Mientras nos
adentramos entre lo racional encontramos una referencia literaria digna de
mencionar aquí: Gabriel García Márquez con El amor en los tiempos del cólera,
le muestra al hombre que existe un mundo en el que coexisten lo real y lo
irreal. Allí lo aceptamos y cualquier premisa puede ser plausible y verosímil.
Es en esta forma de narrar que Murakami me enamora. El autor lleva al lector por caminos que de entrada no entendemos la razón de andarlos, pero una vez lo hacemos no se puede deshacer. Ha valido toda la pena, así como leer esta preciosa novela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario