viernes, 13 de diciembre de 2019

Del dolor y sus contradicciones

Es posible que una herida no sane nunca. Que algunas cosas siempre nos generen dolor. Que nunca se valla. Con el tiempo aprendemos a vivir con ello a tolerarlo, soportarlo y algunas veces a extrañarlo. Cuando por un instante nos reconocemos sin ese dolor hasta nos sentimos raros y pensamos en que algo anda mal, porque ya no está ahí. Por ya ha pasado tanto tiempo que lo hacemos parte de nosotros. Tratar de aferrarse al dolor para no dejar ir, para no soltar, es un tanta masoquista. Les cuento esto, porque creo que muchos de los que me leen saben que el momento de mi vida más dificil ha sido perder a mi mamá, hace un poco más de 7 años y ese dolor me ha acompañado por todo este tiempo, a veces visible otras veces un tanto oculto en una ansiedad y otras tantas en momentos de depresión, en dolores de espalda, de rodilla, abdominales, a veces hasta de muelas. Hoy mi mamá estuviera cumpliendo  56 años y no puedo negarles que pensar en ello me roba demasiadas lagrimas, que se me hace un nudo en la garganta y se me va la respiración. Y trato, por todos los medios "conscientes" posibles de calmarme y dejar de sentir dolor, para poder soltar, dejarla ir. 

Y el dolor es por muchas cosas, una de ellas es por no tenerla acá, eso creo que es comprensible, tambien por la culpa, de la cual trato de liberarme cada día para no sufrir. Pero quiero contarles que después de mucho tiempo, hay momentos en los que el recuerdo es más de alegría, una sensación de tranquilidad porque ella esta bien y ha mandado angeles para que nos acompañen siempre. Y en ese proceso de aceptar la realidad, aprendo que todos tenemos un tiempo y una misión, la de ella, enseñarnos tanto en el poco tiempo, ella no sólo fue una modelo de mamá, fue una modelo de mujer, la más feministas de todas las que conozco, la que más admiro, pero también fue la más fuerte, la más noble y la más alegre, cualidades que en la medida que vivo, valoro y quisiera poder llegar a tener. 

Este espacio, siempre me ha ayudado a sacar estos sentimientos y apreció mucho a los que me leen (los que basicamente son amigos mios todos) y tambien le agradezco de acompañarme en este largo camino. 

Un abrazo para todos. 

Feliz cumpleaños ma. 

lunes, 9 de diciembre de 2019

El despertar de Ana


Algunas veces cuando Ana se levanta trataba de contener la respiración y pensar en que ya no está allí, pensando en que tal vez se encuentra en otro lugar, con otras personas, en otra vida. Creyendo ciegamente que el deseo pudiera ser suficiente para cambiarlo todo. Cambiar esa vida de mierda que ella piensa tener, lograr lo que nunca pudo. Sacar de su mente y de su corazón la fuerza para dejarlo todo y hacer lo que quiere. Pero cuando la última "gota" de oxigeno se le acaba en sus pulmones y siente que muere y su cabeza trata de explotar, ella se pone roja, se le brotan los ojos y piensa en que nuevamente ha de fracasar,  porque es tan cobarde que ni siquiera puede matarse de esa manera. Y respira y ese bocado de aire le sabe a agrio, a frio a dolor. Pero sigue respirando y jadeando, esperando que su cerebro se recupere un poco y trate de sabotear otra vez  su vida de cualquier manera, por las infinitas formas en que su ser la llevara a humillarse, a tolerar lo que otros piensan y quieren hacer con ella. Perdiéndose en todas esas artimañas que su mente frágil pueda crear, solo para boicotear su propia existencia. 
      
      Y luego Ana se levanta y sigue como si no pasara nada.

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