lunes, 7 de septiembre de 2020

El profe Gordillo

Hoy nos han informado que Gordillo ha muerto. Siento un profundo dolor. La muerte de alguien cercano siempre duele. Y duele, porque un ser tan excepcional se ha ido. Gordillo más que un profesor fue un maestro, en el sentido estricto y amplio de la palabra. No todos pueden llegar a serlo. Creo que enseñar lo pueden hacer muchos, pero abrir la mente de los estudiantes y mostrarles que hay todo un mundo que vivir, que soñar y metas por lograr, eso no todos lo pueden hacer. 

Gordillo fue el padre de mi mejor amiga, el de mis mejores amigos. Los motivó a ser lo que hoy son, hombres y mujeres que lucharon por sus sueños y por sus ideales. Y no solo estoy hablando de Karen, Juan David y Carolina, hablo de todos los estudiantes del Colegio Nacional que fuimos sus alumnos. A él lo recuerdo como un hombre fuerte, decidido. Lo ví pasar por mi casa en bicicleta, en carro. Lo ví usar una panela de celular. También lo vi tirando piedra en Cartagena, defendiendo sus pensamientos e ideales, mostrándonos lo consecuente que debemos ser, entre lo que pensamos,  hablamos y lo que hacemos, eso nos convierte en lo que somos. 

Se ha ido mi profesor de matemáticas, el que me enseñó a mostrar todo el procedimiento antes de llegar al resultado. El que en séptimo  nos puso a leer La Ciencia de Kedrov. El que nos mostró que a través de las matemáticas y la ciencia, podemos llegar a ser lo que queramos. Gracias a él, amo los números y no me dan miedo. El profesor que impulsó a Bertel y a Vasquez a esforzarse y a trabajar duro para ser lo que son. 

Me duele su partida y lamento que en adelante, las siguientes generaciones, no puedan tener el privilegio de ser sus alumnos. 

Buen viaje, viejo Gordi. 

viernes, 3 de abril de 2020

Nosotros los de entonces, ya no somos los mismos*

y sin mirarla, mi mirada la busca, como gritando desesperadamente en el recuerdo,  a través del tiempo, aquello que fue y que ya no lo es y que además no lo será nunca. 

Así es esta vida, llena de desilusiones, de decepciones, de amargos tragos, de soledades infinitas, de ruidos inexorables, porque en la verdadera vida se encuentra la fantasía con la que queremos vivirla. 

Cuanto tiempo he de vivir sin ti amor mio, cuánto más podrá mi corazón soportar tu ausencia, tu bella sonrisa, la silueta perdida entre los arboles en aquella tarde en que te vi por última vez. 

*Del Poema XX de Pablo Neruda

Entradas populares